02 julio 2014

COLAPSO

Fotografía: https://farm4.staticflickr.com/3703/9988549573_cff6284328_z.jpg



En el aprisco con el ayuno forzado,
con los sentidos vacíos mientras veía 
la mirada que al Cielo unía del alma los hilos.

Un trasiego, un ir y venir 
de pechos y espaldas con aromas de niñez,
de botica de pueblo,
mientras pensaba y divagaba con colores rojos,
con colores de plata que agujereaban los perfumes
de rosas de rocío de la mañana.

Caía el atardecer,
se abatían las ventanas y corría hacia la oscuridad.

¿Quién cerraba las cancelas?

¿Quién me quitaba el vigor?

¿Quién techaba de hormigas
mis caricias y mis abrazos?

¿Dónde iban mis pensamientos y mis recuerdos?

Alguien me abanicaba el pecho solícita
con la sonrisa sabia, indulgente,
y mis pecados en el suelo y mis fugas
y mis miedos sorbían vientos: resuello de ángeles caídos.

Y en mi oscuro firmamento ansiaba
comerme los pétalos
que en el Cielo tocaban otros.

Cruel destino, estéril desierto 
que me hundía hacia el centro del averno en mil arenas 
que me arrancaban del esplendente Sol.

Quería ser jilguero, volar entre tus nubes
y entre tus pensamientos aletear.

¿Dónde encontraría un rumbo?

¿Dónde acabaré exánime?

¿En qué osario o en que tártaro?

En el manantial de los deseos 
beben mis labios el tósigo más cruel.