Tapan a las lilas la sesbania
escondiendo en crema el vendaval
germinando en las yemas de los dedos
el aciago desazón.
Los pétalos patinan en rocío
apagando el Sol en tu morada.
¿Quién dañó la flor en tu ocelo?
¿Quién quebró las certidumbres?
¿Quién te adula y maquilla en su tormenta
tus albores?
Y tremolan tus hombros
cuando rompen los pasos del dilúculo
el silencio,
contrayéndose el pálpito en la llanura
de la cama.
